El Yop Chagui: Símbolo de la Maestría en el Taekwondo

El Yop Chagui  o “patada lateral” es una de las patadas más representativas de nuestro Arte Marcial. No en vano no se usa solo en combate sino que aparece en multitud de formas (poomsaes, hyongs, tuls, etc…). Sin embargo, de la misma manera que actualmente resulta una patada “dentro de lo común” ya para nuestros ojos, su ejecución no ha de vanalizarse, pues requiere de una destreza y limpieza técnica tal, que muy pocos son capaces de apreciarla y/o transmitirla, ya que hoy en día nos guiamos más por la estética que por el sentido último y practicidad de la misma.

Yop Chagui por el GM Sihak Henry Cho

Me explico.

Antiguamente, en los inicios (y no tan inicios) del Taekwondo como Arte Marcial, para muchos Maestros de la vieja escuela, el Yop Chagui estaba considerada como una de las patadas más difíciles de ejecutar y el nivel de un verdadero artista marcial, podía medirse con la simple observación de la ejecución de su Yop Chagui.

Cuando un Taekwondista ejecutaba un Yop Chagui técnicamente “bien hecho” para la época, -el cual no se diferenciaba mucho del Yoko Geri del Karate Shotokan-, lo que en esencia se buscaba era infundir una potencia explosiva importante con la velocidad justa y focalizada en la dirección lineal del impacto, que generalmente no superaba la altura del tronco del oponente, con la finalidad clara de anularlo, pudiendo romperle incluso varias costillas. Suena bruto, sí. Pero es que no debemos olvidar que antaño, en los combates, se usaban muy pocas técnicas, pero lo suficientemente contundentes y efectivas como para terminar rápido la contienda. Yo lo asemejo al efecto de los arietes contra las puertas de los Castillos durante un asedio. A un buen golpe de ariete no había puerta que se le resistiera.

Naturalmente, el Yop Chagui “original” fue evolucionando con los tiempos y hoy en día vemos infinidad de variantes a diferentes alturas, que van de lo más conservador, a lo más excéntrico, con proyecciones verticales imposibles para la gran mayoría de los mortales fruto de flexibilidades extremas pero que poco atienden a la efectividad de la que antes comentaba.

Yop Chagui Vertical a 180ª

¿Serían malos esos Yop Chaguis? Definitivamente no. ¿Usaríamos esos Yop Chagis en una pelea real? Definitivamente tampoco. ¿Entonces cuál es el problema de raíz? Ninguno… Bueno, ninguno siempre y cuando uno tenga clara la diferencia actual entre un “Yop Chagui de competición” que persigue esa estética acorde con la fluidez de los movimientos y la plasticidad en la realización de las formas y un “Yop Chagui tradicional”, que lo que busca es partir en dos a un adversario de un solo golpe. Sea como fuere, indiscutiblemente en ambos casos, el dominio técnico que hay que desplegar es elevado.

Lo preocupante, desde mi punto de vista, está en no saber distinguir entre uno u otro, pues su ejecución no tendrá nada que ver aunque a simple vista pudiera parecerlo. Y quizás de ahí venga el hecho que actualmente, con el abuso del entrenamiento del Taekwondo deportivo, en las competencias de Kyrougui, lastradas desde sus principios, por el uso del peto protector que entorpece la correcta ejecución de ciertas técnicas (recuerdo como si fuera ayer cómo con los antiguos petos, más rígidos, había que deformar adrede con las manos, la parte baja cercana a la ingle para poder rotar más cómodamente las caderas, pues al ejecutar las técnicas de patada se te clavaban), que el Yop Chagui haya quedado relegado poco a poco, a un híbrido con el Miro Chagui, que se usa más ya para separar y/o empujar de forma estratégica, que para golpear infligiendo el mayor daño posible (que me corrijan los expertos, por favor).

A lo largo de este artículo he hablado mucho de la “técnica”, pero no he querido ahondar deliberadamente en el “cómo” concreto de su ejecución, pues sobre ellos ya hay mucha bibliografía al respecto, sino en el “por qué” y en el “para qué”.

Yop Chagui según el Kukkiwon Textbook antiguo

Claramente, existirán multitud de estilos y “matices” que cada Escuela, cada Maestro e incluso cada Institución atenderá como más “correcta” y no es para nada mi intención sentar cátedra ni debate alternativo, aunque yo tenga obviamente mi propia opinión de cómo debe ejecutarse un buen Yop Chagui. Este dependerá, tras medir las distancias y el efecto de lo que se persigue, de si lo hacemos arrancando en estático desde un paso o en desplazamiento con varios pasos para ganar mayor profundidad, pero que en definitiva, para mí atiende a la búsqueda del equilibrio natural del cuerpo, en el que cada persona se sienta cómodo procurando mantener la conocida forma de “Y” griega (como así consta también en el Taekwondo Textbook de Kukkiwon) ni muy abierta, ni muy cerrada, en pro de un balance de fuerzas que consiga la justa equidad entre impulso, velocidad, aceleración, explosividad y capacidad de recuperación, tras impactar sobre el objetivo.

Mi Yop Chagui

Dicho todo esto, y esperando no haber aburrido en demasía al personal, lo que está claro es una cosa, se sea más “tradicionalista” o más “modernista”, un Yop Chagui “bien hecho” (entiéndanse las comillas), tanto para el que lo hace, como para el que lo ve (o lo recibe), transmite una fuerza y una expresividad en el aire en toda su extensión, totalmente inconfundible y digna de admirar. De ahí, la gran belleza y dificultad técnica de esta patada, sin lugar a dudas, punta de flecha fundamental hacia la maestría en el Arte del Taekwondo.


© 2021 José Antonio Iniesta Navarro, todos los derechos reservados.

En exclusiva para agentesdeohdokwan.com

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