A estas alturas, todos sabemos ya (o así debería ser) que, a pesar que los primeros Kwanes civiles del Taekwondo empezaron a aparecer sobre la península de Corea, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial y el final del dominio colonial Japonés durante 35 años, los verdaderos orígenes del Taekwondo como idea de Arte Marcial propio, se remontan a los años 50, década de fuerte y convulso calado histórico y geopolítico en Corea, caldo de cultivo donde empezaron a gestarse las simientes del “proto Taekwondo moderno” que derivarían muy a posteriori en el “Taekwondo moderno actual” que todos conocemos.
A nadie se le escapa que, por descontado, dicha evolución se produjo bajo un largo proceso de autoconocimiento, desarrollo y estudio progresivo, aplicando la metodología clásica del “ensayo-error” y que en ella participaron Grandes Maestros de diferentes generaciones a lo largo de varias décadas. En gran medida, podemos aseverar que en esos inicios movedizos, fue precisamente gracias a la tozudez incansable de un pequeño hombre que poseía el poder adecuado en el momento adecuado, el General Choi Hong Hi. Este imaginó hacer real un sueño, el de la creación de un futuro Arte Marcial auténticamente coreano y que, por tanto, con el empeño y determinación incorruptible de llevar ese sueño a buen puerto, marcó un punto diferencial a modo de espaldarazo decisivo en el Taekwondo.
Y dado que hasta la fecha (inicios de los 50), lo que se practicaba predominantemente en la Península de Corea, llamado por muchos, Tang Soo Do o Kong Soo Do (“El Camino de la Mano de China”), no era más que Karate Coreano o mejor dicho, “Karate a la coreana”, -pues los Grandes Maestros fundadores de las primeras Kwan mamaron de la teta del Karate Okinawense tras sus diversas estancias en Japón en sus años de juventud- (siendo muchos cinturones negros, algunos hasta cuartos Dan en Karate), el general Choi empezó a idear la forma de desligarse de ese pasado japonés para fraguar la Identidad Nacional perdida tras años de humillación japonesa, sentir que anhelaba con todo su ser.
Para ello, Choi Hong Hi se puso manos a la obra aprovechando su posición privilegiada en el Ejército durante y tras la Guerra de Corea (1950-1953), iniciando dentro del entorno militar, la práctica y entrenamiento de las tropas a su mando bajo la conocida División Puño, de un arte de lucha, -inicialmente conocido por Tang Soo Do-, que estaba guiado por hombres excepcionales de la talla del Coronel Nam Tae Hi o el Sargento de 1ª, Han Cha Kyo (miembros ambos de la Chung Do Kwan, la Kwan civil más antigua, fundada en 1944), pero que muy pronto acabaría llamándose oficialmente “Taekwondo”, por allá el 11 de Abril de 1955 en el seno ya de la Oh Do Kwan (de la que Nam fue Co-fundador), la primera Kwan Militar creada por Choi ese mismo año y bajo el decisivo respaldo gubernamental (que concretaremos más adelante en este artículo).
Y dentro de ese contexto de querer engendrar algo nuevo y distintivo, Choi se embarcó (seguramente con la inestimable ayuda de varios de sus instructores de confianza) en la tarea de crear las que serían las 5 primeras formas 100% coreanas de Taekwondo.
Hasta ese momento, todas las formas que se practicaban en los Kwanes civiles eran Katas exclusivas (o modificadas) del Karate-Do, como las PyunAn. No sería hasta pasados los años 60 que no comenzarían a aparecer dentro de la KTA (Korea Taekwondo Association), las nuevas formas PalGwe, precursoras de los conocidos TaekGuk. Pero esto ya es ingrediente para otros caldos …
Retomando el hilo del presente artículo, de entre esas primeras 5 formas primigenias tradicionales, se encontraba la “U-Nam Hyong” (雲南 型 en Hanja y 우남 형 en Hangul). La cual, desapareció literalmente del mapa esfumándose con la misma fugacidad que apareció, y convirtiéndose a partir de ese mismo momento, en el patrón «perdido» u «olvidado» del Taekwondo.
Comentar que, el uso la escritura en Hanja por parte Choi Hong Hi era habitual pues este era un experto en caligrafía, por lo que el nombre de la forma estaba escrito en ideogramas Hanja además de en Hangul. Si atendemos a los ideogramas en Hanja, los símbolos 雲南 representan el nombre en pronunciación romanizada de U-Nam y el símbolo 型 significa “patrón”, “forma” o “modelo”. Mientras que en Hangul, la traducción quedaría como Woo-Nam, es por eso que podemos encontrar referencias occidentalizadas de dicho Hyong tanto como “U-Nam” como “Woo-Nam” pues su pronunciación es similar a “Yu”.
Sea como fuere, U-Nam, Woo-Nam, Wu-Nam o Yu-Nam … para lo que nos atañe esta Historia, quien conozca un poco el pasado de la escuela Oh Do Kwan y por extensión, de la ITF, sabrá que sus formas llevan de forma deliberada nombres relevantes de personajes destacados de la Historia de Corea, y la U-Nam Hyong no fue la excepción. Se creó precisamente como “homenaje en vida”, usando el pseudónimo (“U-Nam”) del primer Presidente de la República de Corea del Sur en aquel momento, el Dr. Syngman Rhee. Se le dió ese nombre por pelotería pura y dura como gesto de pleitesía para seguir manteniendo el visto bueno del Presidente a las pretensiones del General Choi para con la expansión de su Taekwondo.
No en vano, Rhee fué el que dió el visto bueno al nombre de Taekwondo por primera vez y contribuyó enormemente, autorizando el uso del Taekwondo de Choi, como el Arte Marcial castrense de Corea, que tanta reputación obtendría más adelante, durante la participación de Corea del Sur en la Guerra de Vietnam (1955-1975), catapultándolo a la “fama” por la temible efectividad de las técnicas de combate cuerpo a cuerpo de los soldados surcoreanos.
Sin embargo, el azar es caprichoso y Choi Hong Hi, se vió obligado a ordenar su eliminación fulminante del programa de estudios de la Oh Do Kwan debido a los graves acontecimientos históricos que trastocaron el panorama Nacional, a modo de importante revolución social que, en Abril de 1960 concluyó con la sublevación del pueblo coreano contra el Gobierno autoritario de Rhee (que gobernó durante los años 1948 -1960), provocando su destitución y salida precipitada del País con la ayuda de los Estados Unidos y avocándole a un exilio forzoso en Hawai donde fallecería en 1965.
De ahí que tras tal batacazo político, nunca más se llegó a volver a hablar del U-Nam Hyong, convirtiéndose en una forma “proscrita” por verse relacionada con el nombre de un Dictador que tuvo bajo sus espaldas vergonzosas masacres con miles de muertos, fruto de sus múltiples persecuciones a los movimientos opositores así como de ciudadanos acusados de simpatizar con los japoneses o con el comunismo.
Es importante remarcar que estas primeras 5 formas o Hyongs (Hwa-Rang, Chung-Mu, Ul-Ji, U-Nam y Sam-Il) se crearon, -como ya se ha insinuado antes-, bajo el cobijo de la Oh Do Kwan entre 1954 y 1959 tras la Guerra Civil de Corea que dividió la península coreana en dos. Resulta un error bastante común nombrar a la forma U-Nam como el “Tul perdido de la ITF”. La ITF no existía por aquel entonces y esta organización, fue fundada años más tarde por el mismo General Choi, en el año 1966. Las cosas como son. Y que no se me encolerice por ello ningún ferviente seguidor de la ITF, por favor (momento para la risa tonta).
Tras el borrado forzado de la U-Nam, los 4 hyongs “supervivientes” a esos inicios convulsos marcados por periodos entreguerras, acabaron posteriormente formando parte del total de las 20 formas Chang’Hon del Taekwondo Oh Do Kwan que aparecen en el libro de 1965 de “Taekwon-Do The Art Of Self Defence”, del mismo Choi Hong Hi. Estas han perdurando su práctica hasta nuestros días, tanto dentro de la misma Oh Do Kwan (desvinculada de Choi desde el mismo momento en que creó la ITF), como en muchas otras escuelas de Taekwondo independientes, a lo largo del Mundo.
Además, éstas, también son practicadas dentro de la ITF tras ser absorbidas por ella en su día y reconvertidas y readaptadas en sus conocidas “formas Tul”, hasta conformar un total de 24, las 20 “pre-ITF” y otras 4 formas Tuls propias creadas ya dentro del seno la ITF.
No deja de ser anecdótico, que por el camino posterior en su andadura con su ITF, Choi también tuvo que eliminar en 1986, otra forma por segunda vez, la “Ko-Dang” (en honor al patriota Cho Man Sik). Esta se sustituyó por la forma “Ju-Che” (creada por el GM Park Jung Tae), de nuevo por motivos claramente políticos, al tener por aquel entonces, estrechos vínculos con el Gobierno Comunista de Korea del Norte del Dictador Kim Il Sung. A este le dedicó su nuevo Tul como representación de la nueva ideología del régimen norcoreano de culto a la persona del Dictador, dado que la ITF de Choi (ya en su exilio en Canadá) y su “nuevo Taekwon-Do” que él prodigaba a los cuatro vientos que era el “genuino y original”, (nada más lejos de la realidad) estaba pasando por momentos críticos de credibilidad y apoyo internacional. Se había visto relegado a un segundo plano, por el crecimiento exponencial del Taekwondo Deportivo u Olímpico de la WTF (actual WT), así como tras los incesantes movimientos de presión de la KCIA entre las décadas de los años 70 y 80, sobre él y gran parte de los miembros de su institución, de la que muchos Maestros acabaron cambiando de “bando” al verse contra la espada y la pared condicionados por el miedo futuro a acabar convirtiéndose en unos parias junto con Choi, o simplemente por perder su estatus social dentro del mundillo de las Artes Marciales.
Pero volviendo al aspecto que nos interesa, a diferencia de la Ko-Dang, que hoy en día sí se ha seguido practicando por muchas escuelas independientes de “estilo Chang’Hon” (mal llamado ITF), -a pesar que se eliminara del currículum oficial de la ITF-, la forma U-Nam no corrió esa misma suerte al tener una vida tan corta y es de justicia hacer notar, que todavía estaría perdida en el limbo del olvido si no fuera por los esfuerzos recientes del conocido Historiador de Taekwondo, George Vitale, que entre 2013 y 2017, junto con varios Maestros (tanto de estilo Kukkiwon como Chang’Hon) y la inestimable ayuda del Gran Maestro Chang Keun Choi (“CK Choi” uno de los pioneros del Taekwon-Do, pieza clave en esa época), hicieron posible su recuperación tras analizar el único registro escrito y publicado conocido de su creación, presente en el “Manual de Enseñanza de Taekwondo” de 1959 que el General Choi escribió en Hangul y en Hanja y que está considerado como el primer libro de Taekwondo propiamente dicho, por la Enciclopedia Británica.
El GM CK Choi, basó parte de su estudio para resucitar la forma U-Nam, en su dilatada experiencia ayudando en su día al propio General Choi así como en la de la creación de la forma Gae-Baek.
Como curiosidad añadida, el mencionado libro gestacional donde quedaron registradas esas 5 primeras formas genuinas del Taekwondo, fue publicado un mes después de que Choi Hong Hi conformara la famosa KTA (Korea Taekwondo Association). Ente que se forjó con la pretensión de unificación de los principales Kwan, -de la que fue su primer Presidente, pero de la que tendría que salir estrepitosamente por animadversiones y discrepancias insalvables con el resto de miembros-, y que sería el organismo vehicular conductor bajo el que décadas más tarde se desarrollaría el Taekwondo Moderno, cediéndole el testigo al Kukkiwon en 1972, una vez abolidos los Kwan y estandarizados los protocolos que sentarían las bases del Taekwondo que sería reconocido por el Gobierno de Corea como su deporte Nacional o “Kukki-Taekwondo”, convirtiéndose esta última institución (Kukkiwon) en la gerente del aspecto Marcial y formativo de dicho Taekwondo a nivel Mundial y dejando en manos de la WTF (WT) la tarea de la promoción del Taekwondo Deportivo en su vertiente de Combate Olímpico, llegando a convertirse en el Deporte mundialmente conocido por todos, hoy en día.
Y como todo no va a ser historia en estos lodos, del análisis básico de la forma U-Nam, tanto a partir de sus textos como de su reconstrucción en vídeo (ver vídeo del GM Choi), podemos ver que constaba de 42 movimientos (muchos, por cierto, compartidos con la 13ª forma “Chung-Jang Hyong”, que fue creada años después, según se dice, para preservar parte de su esencia) desarrollados a lo largo de un minuto de tiempo, iniciando y acabando el hyong en el mismo sitio, en posición Bo Chumok Moa Chumbi Sogui, en un diagrama clásico en forma de T. “Embusen” o línea de demostración. Esta última, de uso también compartido por las Katas del estilo de Karate ShoRin Ryu, Hei-An III y V, Bat-Sai y En-Bi. Katas que eran practicadas habitualmente por la Oh Do Kwan y por otras de las Kwan existentes, antes de la creación de ninguna forma genuinamente coreana. Por eso no debería sorprendernos esa semejanza para nada.
Sin embargo, a diferencia de estas y otras Katas japonesas, que suelen comenzar con un desplazamiento hacia la izquierda y luego repiten a continuación los movimientos hacia la derecha para luego acabar de similar manera, lo singular de la U-Nam Hyong es que desde su inicio, realiza la práctica totalidad de sus 42 movimientos (todos menos los 4 últimos) en una única línea de dirección hacia adelante y hacia atrás en los que apenas vemos una repetición deliberada y artificial de los movimientos y técnicas de defensa y ataque, en búsqueda de esa simetría tan característica (e irreal, todo sea dicho) de otras formas posteriores como los PalGwe o los Poomsae modernos, a lo que estamos más acostumbrados.
Por lo que podríamos remarcar sin equivocarnos mucho, que dicha ejecución pretendía buscar ser más natural o cuanto menos lógica o cercana, si atendemos al significado último de para qué sirven las formas, pues éstas deberían atender a combinaciones de técnicas asimétricas más realistas si lo que se pretendía con su trabajo era ejemplificar un supuesto combate imaginario como reservorio atemporal de ese conocimiento ancestral de las técnicas de luchas transmitidos de generación en generación de Maestro a discípulo.
Para terminar, solo comentaré a modo de reflexión, que a pesar de que, por cuestiones del destino, formas como la U-Nam Hyong o la también mencionada Ko-Dan Hyong (o Tul), o los propios PalGwe, de los que también hemos hablado en otros ocasiones, estuvieran marcadas por decisiones meramente políticas en su pasado más o menos lejano y dejaran de practicarse de forma parcial o en su totalidad, no podemos dejar pasar por alto que, fuera ya de su contexto histórico que las redujo a sombras de ese destino tumultuoso y cambiante, ambas todas (porque seguro que habrá muchas más) son testimonios invaluables e inmateriales de la Historia del Taekwondo y de las Artes Marciales (independientemente de estilos) que encierran en ellas la memoria de unos conocimientos ancestrales que hemos de procurar preservar, aunque sea solamente porque alguna vez se consideraron parte del programa de estudios de las instituciones bajo las cuales se practicaron y que con el paso del tiempo, forjaron los cimientos de lo que es hoy nuestro Arte Marcial o nuestro Deporte, o como sea que se le quiera llamar.
© 2021 José Antonio Iniesta Navarro, todos los derechos reservados sobre el texto.
En exclusiva para agentesdeohdokwan.com
Bibliografía consultada:
- “Taekwon-Do, the Art of Self Defense” Choi Hong Hi 1965
- Taekwondo. Origen, Bases y Fundamentos. SBN Yuri LópezGallo
- Taekwondo. Formas, orígenes y significado. SBN Yuri LópezGallo
- http://www.bluecottagetkd.com/files/unam.pdfhttps://historyoftaekwondo.files.wordpress.com/2015/04/1959-all-smaller-password.pdf