Tras las pasadas Olimpiadas de Tokyo, hablaba con un muy buen amigo mío y Maestro de Taekwondo especializado en el Taekwondo Deportivo con un bagaje más que importante tanto en competiciones nacionales como internacionales (no diré nombres para no comprometerle) y este me decía que, para él, el verdadero problema de la pobre imagen que está dando el Taekwondo Olímpico a nivel Mundial los últimos tiempos, es por el EGO.
Pero no el ego de los atletas. Sino el ego de los entrenadores/coaches que pretenden coger más protagonismo en las sillas que los propios competidores, no dejándoles salirse de la hoja de ruta señalada por ellos y les coartan su libertad de decisión sobre el tatami.
Que la culpa no es tanto de los competidores, eso yo también lo digo siempre y lo tengo más que claro. Pero lo verdaderamente preocupante es que estos últimos, presumiblemente puedan estar siendo eclipsados por el cada vez mayor protagonismo que quieren alcanzar los entrenadores que están más por ellos que por los competidores.
Y ese afán de protagonismo de estos últimos (por razones diversas en las que no ahondaremos), trasformado en las clásicas y absurdas luchas de egos, parece ser que se ve cada vez más en las competiciones, -según las vivencias de mi buen amigo-, y es lo que podría tener gran parte de la culpa de que a la larga se afeen los combates, pues muchos años atrás, el coach te daba las pautas tácticas básicas y te decía que salieras al tatami a “reventar” al contrario, dejando en manos del competidor la libertad de decisión sobre sus actos en cada momento de la contienda.
Pero ahora, parece ser que los coaches quieren asegurar tanto el resultado que no dejan disfrutar al competidor en la pista tomando decisiones por él, -en muchas ocasiones erróneas-. Y convirtiendo los combates en juegos aburridos y robotizados.
Y tras comentar todo esto con él, resulta que me levanto un día y mientras tomo el café durante el desayuno, leo al Sabomnim Yuri César Lópezgallo Gocchi insinuando casualmente en su perfil de facebook, que por desgracia en el Taekwondo hay demasiada gente acomplejada capaz de discutir lo indiscutible, siendo esto otro síntoma de que el ego nubla el raciocinio. Refiriéndose éste, a la gran cantidad de gente del mundo del Taekwondo que aún a estas alturas es capaz de negar cuál es la verdadera Historia del Taekwondo como Arte Marcial así como cuál ha sido su evolución, negando la mayor.
Curiosidades de la vida aparte, quien me conoce sabe que yo llevo años denunciando el excesivo «ruido de fondo» en forma de posicionamiento de esos egos desorbitados, sea en el campo del Taekwondo Deportivo o en el del Taekwondo Tradicional/Marcial, incapaces de mirar más allá del cuento interesado que hayan mamado durante largo tiempo o que ellos mismos vendan, siendo obviamente reticentes a vender otro cuento distinto. Porque lo que está más que claro es que nadie va a tirarse piedras sobre el tejado que les da de comer. Y defenderán su criterio (y su billetera) con uñas y dientes si hiciera falta.
Y para terminar esta reflexión que creía importante compartir, solo diré que yo no soy Maestro ni pretendo serlo. Ni tampoco gano dinero con el Taekwondo. Pero el que me conoce sabe que soy un apasionado por este Arte Marcial en todas sus vertientes y que mi aspiración personal, SIEMPRE, ha sido, es y será el DISFRUTARLO.
Y precisamente quizás por llevar tantos años practicándolo y viéndolo desde «la butaca» de los espectadores me permite ver con otra perspectiva más amplia lo que muchos o no ven o no quieren ver ni reconocer.
Terminaré diciendo que obviamente yo no tengo la varita mágica de las soluciones ni pretendo tenerla. Pero lo que está claro es que algo no acaba de funcionar y eso lo ve hasta el más ciego. Yo solo lo expreso con mi humilde opinión, intentando sentar un sano debate al respecto sin pretender crear ninguna lucha entre si es mejor el “old Taekwondo” o el “new Taekwondo”. Por ahí NO van los tiros.
Mis reflexiones podrán gustar más o menos. Pero es lo que siento y considero que son necesarios, pues uno nunca debe de dejar de hacer autocrítica y para ello es importante dejar la puerta del debate abierta constantemente y, como dice el Gran Maestro Francisco Meléndez de México, procurar “vaciar la taza” para seguir avanzando.
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En exclusiva para agentesdeohdokwan.com